Hay mujeres que se convierten en madres por accidente; muchas por elección de amor; unas pocas por presiones sociales y una o dos por hábito.

Este año, aproximadamente cien mil mujeres van a ser madres de hijos con discapacidad.

¿Alguna vez se te ocurrió pensar cómo son elegidas las madres de chicos con discapacidad? :

De algún modo, yo visualizo a Dios revoloteando sobre la Tierra, seleccionando sus instrumentos de propagación con gran cuidado y deliberación.

Mientras observa, Él va diciendo a sus ángeles que anoten en un gran libro: «a María López un hijo y que el santo patrono sea Matías; a Margarita Torres una hija y que la santa patrona sea Cecilia; a Cristina Gómez mellizos y que el santo patrono sea Gerardo».

Finalmente le pasa un nombre a un ángel y sonríe:

«A ella dale un hijo con discapacidad».

El ángel siente curiosidad: «¿por que a ella, Señor, que es tan feliz?».

«Exactamente», sonríe Dios, «¿podría darle un hijo con problemas a una madre que no conociera la risa? Eso sería cruel».

«Pero ¿tiene paciencia?», Pregunta el ángel.

«Yo no quiero que tenga paciencia», dice Dios, «se va a ahogar en un mar de desaliento y de pena por sí misma y una vez que el shock y el sentimiento de dolor se le hayan pasado, va a ser capaz de enfrentarlo.

Yo la estuve observando hoy: ella tiene una fuerte personalidad, conciencia de sí misma y ese sentido de independencia que es tan raro en una madre. Mira: el chico que le voy a dar va a tener su propio mundo. La mamá va a tener que hacerlo vivir en el de ella y eso no va a ser fácil».

El ángel acota: «Pero, Señor, por lo que sé ella ni siquiera cree en Ti».

Dios sonríe, «No importa. Eso se puede arreglar. Esta mujer es perfecta, tiene suficiente egoísmo».

El ángel se asombra: «¿Egoísmo? ¿Acaso eso es una virtud?». Dios asiente: «Sí en este caso. Si ella no se puede separar de su hijo ocasionalmente, ese hijo no va a sobrevivir».

Y agrega: «Acá tenemos una mujer que será bendecida con un hijo menos que perfecto.

Ella todavía no se dará cuenta, pero es para ser envidiada.

Ella nunca va a dar por supuesta una palabra hablada, ella nunca va a considerar un progreso como cosa natural.

Cuando su hijo le diga «mamá» por primera vez, ella va a estar presenciando un milagro y lo va a saber.

Cuando le describa a su hijo ciego un atardecer o un árbol, ella va a ver mis creaciones como pocas personas pueden verlas. Yo le voy a permitir ver claramente las cosas que yo veo: ignorancia, crueldad, prejuicios.

Y le voy a dar fuerzas para que esté por encima de esas cosas. Nunca va a estar sola. Yo estaré a su lado cada minuto de cada día de su vida y esa madre estará haciendo mi trabajo tan seguramente como que ella estará aquí, a mi lado:.

«¿Y que hay de su santo patrono en este caso?»,

Le pregunta el ángel con la lapicera en la mano.

Dios vuelve a sonreír:

«Un espejo será suficiente», responde.

 Emma Bombreck